
Pregunta
Un amigo desde los Países Bajos escribió una carta a Hazur Ayyadahullahu Ta‘ala binasrihil ‘Aziz preguntando lo siguiente:
De acuerdo con hadices Sahih, las obras realizadas durante los primeros diez días de Dhul-Hiyyah son sumamente amadas por Allah. ¿Qué relación tienen estos primeros diez días de Dhul-Hiyyah con los últimos diez días de Ramadán? ¿Y es esta orden de incrementar la adoración exclusiva para quienes tienen la fortuna de realizar el Hayy, o aplica a todos los musulmanes?
Respuesta
En su carta fechada el 7 de julio de 2022, Huzur Ayyadahullahu Ta‘ala binasrihil ‘Aziz brindó las siguientes orientaciones sobre este asunto:
En el Sagrado Corán y en los hadices del Santo Profeta ﷺ, no se presenta una comparación directa entre la excelencia de los días de Dhul-Hiyyah y los de Ramadán. No obstante, abundan las menciones acerca de las virtudes y bendiciones de ambos meses y de las prácticas devocionales que en ellos se realizan.
El Corán destaca que el ayuno de Ramadán es obligatorio para los creyentes, que en este mes fue revelado el Corán, que en él se acerca la misericordia divina y que las súplicas son aceptadas (2:184-187). Además, se menciona la Lailatul Qadr (Noche del Decreto), una noche superior a mil noches, en la que descienden los ángeles y el Espíritu de la Paz hasta el amanecer (97:4-6).
Los hadices añaden que el Ramadán se divide en tres partes: la primera de misericordia, la segunda de perdón y la tercera de liberación del Infierno (Shu’ab al-Imán, Hadiz 3455).
En los últimos diez días, el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) intensificaba su adoración y realizaba I‘tikaf (retiro espiritual)
(Sahih Al-Bujari, Libro del I‘tikaf; Sahih Muslim, Libro del I‘tikaf).
El Mesías Prometido y Mahdi Prometido (as), el siervo sincero del Santo Profeta ﷺ, también habló sobre las virtudes del mes de Ramadán. Dijo sobre el siguiente versículo:
"شَهْرُ رَمَضَانَ الَّذِيۡۤ اُنۡزِلَ فِيْهِ الْقُرْآنُ" (Corán 2:186)
“Este es el único versículo que basta para manifestar la grandeza del mes de Ramadán. Los sufíes han escrito que es un mes excelente para la iluminación del corazón. Se multiplican las visiones. La salat purifica el alma y el sawm (ayuno) ilumina el corazón. La purificación del alma significa alejarse de las pasiones del nafs ammārah (el alma instigadora), y la iluminación del corazón significa abrir el camino para las visiones, de modo que uno vea a Dios. Tal es la alusión contenida en: ‘Unzila fīhi-l-Qur’ān’.”
(Al-Badr, núm. 7, vol. 1, 12 de diciembre de 1902, pág. 52)
Al mismo tiempo, hay abundantes menciones en los hadices sobre las virtudes de Dhul-Hiyyah. En una ocasión, el Santo Profeta ﷺ declaró que las buenas obras realizadas durante estos diez días son más queridas para Allah que incluso el yihad fi sabīlillāh, salvo en el caso del muyahid que parte con su vida y bienes y no regresa con nada.
(Sahih al-Bujari, Libro del Yumu‘ah, capítulo sobre la virtud de las obras en los días de Tashrīq)
Además, dijo:
“El ayuno de cada uno de estos días equivale a un año de ayuno. Y la adoración de cada noche es como la adoración durante la Noche del Decreto.”
(Sunan al-Tirmidhi, Libro del Ayuno, capítulo sobre lo que se ha narrado acerca de las obras en los diez días)
Sobre el ayuno de Yawm ‘Arafah, dijo:
“Tengo la esperanza de que Allah perdonará, por su causa, los pecados del año anterior y del año siguiente.”
(Sunan al-Tirmidhi, Libro del Ayuno, capítulo sobre la virtud del ayuno en el Día de ‘Arafah)
El Mesías Prometido (as), al hablar sobre la excelencia del Hayy, afirmó:
“El Islam ha prescrito el Hayy como manifestación del amor… En el Hayy están presentes todos los signos del amor. En ciertos estados de amor profundo, incluso la ropa se vuelve innecesaria. El amor es una forma de locura. Adornar la ropa no tiene lugar en el amor… Así, en el Hayy se expresa una muestra del amor extremo, se afeita la cabeza, se corre de un lado a otro, se da el beso del amor (a la Piedra Negra), que es un símbolo presente en todas las leyes divinas. Incluso el sacrificio expresa el culmen del amor.”
(Al-Hakam, núm. 26, vol. 6, 24 de julio de 1902, pág. 3)
También es importante recordar que las virtudes de los meses de Ramadán y Dhul-Hiyyah han sido expresadas en términos generales, y en ocasiones, el Santo Profeta ﷺ las expresó teniendo en cuenta las condiciones particulares del interlocutor o el contexto del momento.
Tal como, en respuesta a una pregunta, declaró que la mejor obra es creer en Allah y en Su Mensajero.
(Sahih al-Bujari, Libro del Hayy, capítulo sobre la excelencia del Hayy aceptado)
Y en otra ocasión, dijo que la mejor obra es una buena acción realizada de manera constante, aunque sea pequeña:
(Sahih al-Bujari, Libro del Ablandamiento del Corazón...)
En otra ocasión, dijo que la mejor obra es ofrecer la oración a su debido tiempo y mostrar benevolencia con los padres. (Sahih Bukhari, Libro del Tauhid, Capítulo: Y el Profeta ﷺ llamó a la oración una obra).
Para otra persona, dijo que el acto más virtuoso es prolongar el qiyaam en la oración. (Sunan Abu Dawud, Libro de la Oración, Capítulo: Comienzo de la oración nocturna con dos rakats).
Para otra, dijo que el mejor acto es la fe sin duda, el combate sin traición y un Hayy llena de buenas obras. (Sunan al-Nasa'i, Libro del Zakat, Capítulo: Esfuerzo del necesitado).
Y para otra persona dijo que, el mejor acto es al-'ajj wa al-thajj: un acto virtuoso acompañado de la recitación abundante del talbiya y el sacrificio. (Sunan Ibn Majah, Libro de los Ritos de la Peregrinación, Capítulo: Alzar la voz con el talbiya).
En resumen:
Así, en el Corán, los hadices y las enseñanzas del Mesías Prometido (as), se han mencionado las virtudes de los meses de Dhul-Hayy y Ramadán, cada uno con su propia importancia y posición. En ciertos aspectos, los actos de adoración en Ramadán y los mandamientos divinos revelados durante él, junto con las bendiciones y favores de Allah, parecen tener mayor excelencia. En otros aspectos, los esfuerzos por alcanzar la complacencia de Allah durante Dhul-Hiyyah y las bendiciones resultantes son considerados más excelentes.
Por eso, en una ocasión, el Santo Profeta ﷺ dijo:
سَيِّدُ الشُّهُوْرِ شَهْرُ رَمَضَانَ وَأَعْظَمُهَا حُرْمَةً ذُو الْحِجَّةِ
"El señor de los meses es Ramadán, y el de mayor santidad es Dhul-Hiyyah."(Shu'ab al-Iman, al-Bayhaqi, Capítulo: Dedicación de los diez días de Dhul-Hiyyah, Hadiz No. 3597)
Quienes tengan la oportunidad de realizar el Hayy (la pregrinación), deben esforzarse por cumplir todos los actos obligatorios y voluntarios de adoración en los lugares sagrados. Y quienes no puedan ir, también deben procurar realizar las adoraciones relacionadas con Dhul-Hayy en la medida de su capacidad, como lo hacía el Santo Profeta ﷺ cuando no emprendía el Hayy (la peregrinación).