El Jalifato Ahmadía y su impacto positivo en la sociedad
El Jalifatul Masih (sucesor del Mesías Prometido) es el Jefe Supremo de la Comunidad Ahmadía. Es elegido por el colegio electoral establecido para este propósito. Sin embargo, los ahmadis musulmanes creen firmemente que es Al-lah (Dios) quien elige al Jalifa, como hizo con el Jilafate Rashida (Jalifatos de profeta Muhammad); pues cada vez que tiene lugar la elección de un Jalifa, el corazón y la mente de los electores se inclinan hacia la misma persona. Esta creencia aumenta aún más el sentido de paz y seguridad que el Jalifa otorga a la Comunidad. Cuando se elige a un Jalifa, todos los hombres, mujeres y niños de la Comunidad deben mostrarle una completa obediencia y reafirmar el Bai’at (pacto de iniciación) con él.
La presencia del Jalifa es una gran bendición de Dios para la Comunidad. Él es el líder y padre espiritual para cada áhmadi y una fuente de luz que guía a cada miembro de la comunidad. Siempre que el Jalifa elabora un plan o esquema para la Comunidad, lo hace a través de la dirección y asistencia divinas. Se preocupa del bienestar de cada miembro de la Comunidad y reza por ellos. En momentos de dificultad o enfermedad, los áhmadis escriben a menudo al Jalifa para que implore por ellos, quienes perciben un alivio inmediato de sus tribulaciones.
Desde 1908, el año del fallecimiento del Mesías Prometido, ha habido cinco Jalifas. Dios concedió Su favor especial a cada uno y la Comunidad ha florecido y prosperado durante cada Califato.