los derechos de las mujeres

Fazal Masood Malik and Farhan Khokhar, Canada.

Traducido en español por Ayesha Almas

La cuestión de los derechos de las mujeres ha sido durante mucho tiempo un tema polémico, con debates que a menudo oscilan entre el ámbito religioso y el secular. Cada bando busca establecer su superioridad en la promoción de la liberación femenina. Esta controversia no es exclusiva de una sola fe, sino que es tema de debate entre diversas religiones, cada una con el objetivo de demostrar sus principios igualitarios.

Mientras que otras religiones pueden discrepar en teología, el islam habla con una sola voz: «Pero quien haga buenas obras, sea hombre o mujer, y sea creyente, entrará en el Paraíso y no será tratado injustamente ni siquiera [como] el pequeño agujero en el hueso de un dátil». (Sura an-Nisa‘, Cap. 4: V. 125).

El Sagrado Corán indica muy claramente que solo la rectitud eleva la posición espiritual de una persona; el género no influye.

A pesar de este decreto divino, persisten las dudas sobre la eficacia con la que la sociedad contemporánea se adhiere al principio de igualdad de género, consagrado en diversas constituciones y enseñanzas religiosas. Temas como la equidad salarial y los derechos de las embarazadas siguen exigiendo nuestra atención y acción.

En el Islam, se reconoce a las mujeres su papel fundamental en la perpetuación de la humanidad, un papel que permanece inalterado a lo largo del tiempo. La responsabilidad financiera de criar a la familia recae en el hombre, y aunque la principal prioridad de la mujer es la crianza de los hijos, también se le otorga la libertad de elegir su camino. ¿Cómo puede entonces una mujer priorizar su rol como cuidadora, especialmente durante los años de formación de la vida de un niño?

El desarrollo moral e intelectual que ocurre en la primera infancia representa, sin duda, una de las etapas más importantes de la humanidad. Un niño privado de atención materna corre el riesgo de sufrir un deterioro permanente del desarrollo. Por ejemplo, los primeros tres años de vida constituyen un período protegido en el que la mujer no necesita equilibrar prioridades contrapuestas. La sociedad debe apoyar a las madres para que se centren exclusivamente en la crianza durante esta etapa crítica.

Surge entonces la pregunta: ¿cómo puede la sociedad apoyar a una madre en su rol? La respuesta reside en brindar una educación igualitaria y garantizar que no tenga que preocuparse por las provisiones mientras cría a su hijo. Ampliar las protecciones laborales, incluyendo la legislación sobre la baja por maternidad mínima, junto con programas de cuidado infantil subvencionados y opciones de trabajo flexible, puede ayudar a aliviar la carga que actualmente recae sobre las mujeres que buscan formar una familia y desarrollar una carrera profesional. De igual manera, campos como el derecho, los negocios, la tecnología y la administración pública deberían reclutar y promover activamente a mujeres cualificadas para normalizar su participación y liderazgo en áreas tradicionalmente dominadas por los hombres.

En el ámbito político o empresarial, no existe ninguna barrera religiosa que impida a las mujeres asumir roles de liderazgo. El Islam anima a hombres y mujeres a sobresalir en todos los campos, especialmente en aquellos que pueden beneficiar directamente al crecimiento de la humanidad. (Sura al-Maidah Cap. 5: V. 49)

Para comprender verdaderamente el concepto coránico de los roles de género y la equidad, es imperativo examinar de forma holística los numerosos versículos del Sagrado Corán que tratan sobre la mujer en la sociedad e interpretarlos en su contexto social adecuado.

La equidad significa brindar a las personas acceso a las mismas oportunidades, considerando los desafíos y las barreras que dificultan el acceso a algunos grupos. La igualdad significa tratar a todos por igual sin tener en cuenta las circunstancias. La distinción clave radica en que la igualdad se centra en la igualdad de trato, mientras que la equidad se centra en garantizar la igualdad de acceso a las oportunidades para que todas las personas y grupos puedan alcanzar los mismos resultados. El Sagrado Corán promueve el concepto de equidad.

Comprender esta diferencia es crucial, ya que los versículos individuales del Sagrado Corán1 no son textos independientes, sino parte de una narrativa más amplia que promueve una sociedad justa basada en la naturaleza inherente de la humanidad. Cuando los versículos se interpretan de forma aislada y fuera de su contexto adecuado, pueden dar lugar a interpretaciones erróneas de los roles de género en el Corán. Estas interpretaciones erróneas pueden fomentar teorías sobre la inferioridad física e intelectual de las mujeres, lo que resulta en su subordinación legal y social.

El concepto coránico de equidad de género es matizado. Aboga por una sociedad donde las mujeres sean respetadas, valoradas y tengan la oportunidad de desarrollar su potencial, ya sea como madres, profesionales o líderes. Es la visión de una sociedad donde la igualdad no sea solo un derecho constitucional, sino una realidad vivida.

Esta interpretación se alinea con los principios islámicos más amplios de justicia y equidad, enfatizando que todos los individuos, independientemente de su género, son iguales ante los ojos de Dios y deben ser tratados como tales en la sociedad.

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