
Respuestas proporcionadas por Hazrat Amirul Momineen, Khalifatul Masih V (aa), en correspondencia escrita y programas de MTA.
¿Debe el imam indicar verbalmente al muecín que inicie el iqamah?
Alguien de Francia escribió una carta a Hazrat Amirul Momineen, Khalifatul Masih V (aa), con la siguiente pregunta: ¿Debe el imam, antes de dirigir la oración, pararse en la alfombra de oración y decir que ahora se debe pronunciar el iqamah? En algunos lugares, el iqamah no se pronuncia hasta que el imam se para y dice: «Pronuncia el iqamah». Buscaban orientación sobre este asunto.
En su carta del 17 de febrero de 2023, Huzoor-e-Anwar (aa) otorgó la siguiente respuesta:
«No se encuentra en el Sagrado Corán ni en los hadices ninguna directiva que estipule que es necesario que el imam se pare en la alfombra de oración y ordene a alguien que pronuncie el iqamah, de modo que solo entonces se pronuncie. Algunas cuestiones no requieren una instrucción verbal explícita; más bien, se llevan a cabo según la necesidad y el contexto.
La oración congregacional también es un acto en el que seguir al imam es esencial. Por esta razón, el Santo Profeta (sa) instruyó a sus compañeros que, cuando llegara el momento de la oración, no se levantaran hasta que él mismo llegara a su lugar para la oración. (Sahih al-Bukhari, Kitab al-adhan, Bab mata yaqumu n-nas idha ra’aw al-imama ‘inda l-iqamah)
Aquí, el Santo Profeta (sa) no dijo: ‘No pronuncien el iqamah hasta que yo diga: Pronuncien el iqamah.’
Además, si en alguna ocasión, cuando sea necesario, el imam da una señal verbal sobre la oración para indicar al muecín que recite el iqamah, o para llamar la atención de la congregación en caso de combinar oraciones según las circunstancias, o por cualquier otra razón, o para facilitar el alineamiento de las filas, no hay ningún inconveniente en ello.»
¿Por qué Surah Al-Mu’min no menciona el alma en la descripción de la creación humana?
Alguien de Noruega escribió a Hazrat Amirul Momineen, Khalifatul Masih V (aa), refiriéndose a Surah Al-Mu’min, donde se dice: «Él es Quien os creó del polvo, luego de una gota de esperma, luego de un coágulo; luego os saca como un niño.» (Surah Al-Mu’min, 40:68). Preguntó: «En este versículo, no se menciona que el alma entre en el niño. ¿Cuál es la sabiduría detrás de esto?»
En su carta del 28 de febrero de 2023, Huzoor-e-Anwar (aa) respondió amablemente:
«Un estilo del Sagrado Corán es que, para facilitar la comprensión de las personas, presenta su tema de diversas maneras, para que puedan entender esta Palabra y obtener enseñanzas de ella. Así, Al-lah el Altísimo dice:
وَلَقَدۡ صَرَّفۡنَا فِیۡ ھٰذَا الۡقُرۡاٰنِ لِیَذَّکَّرُوۡا
«‘Hemos explicado (la verdad) en este Corán de diversas maneras para que sean exhortados.’ (Surah Bani Isra’il, 17:42)
De manera similar, Él dice:
وَلَقَدۡ صَرَّفۡنَا فِیۡ ھٰذَا الۡقُرۡاٰنِ لِلنَّاسِ مِنۡ کُلِّ مَثَلٍ
«‘Y, ciertamente, hemos explicado en este Corán, para (el bien de) la humanidad, todo tipo de ejemplos.’ (Surah Al-Kahf, 18:55)
El tema de la creación humana también es muy significativo y tiene una profunda conexión con las etapas espirituales de una persona, tal como el Mesías Prometido (as), en sus escritos, citando el Sagrado Corán, ha explicado exhaustivamente las etapas físicas y espirituales de la humanidad, así como la relación entre las ciencias corporales [‘ilm al-abdan] y la ciencia de las religiones [‘ilm al-adyan]. (Zamimah Barahin-e-Ahmadiyya Parte V, Ruhani Khazain, Vol. 21, pp. 186-244; Islami Usul ki Falasafi, Ruhani Khazain, Vol. 10, pp. 321-322; Chashma-e-Ma‘rifat, Ruhani Khazain, Vol. 23, pp. 102-103)
Por lo tanto, Al-lah el Altísimo ha discutido el tema de la creación humana en diferentes lugares del Sagrado Corán, empleando diferentes modos de expresión. En consecuencia, en Surah Al-Hajj (22:6), para disipar las dudas sobre la Resurrección después de la muerte, Al-lah expone cómo una persona es creada del polvo, progresa a través de varias etapas y finalmente alcanza una etapa extrema de vejez en la que incluso alguien que una vez poseyó conocimiento se queda completamente desprovisto de él. Luego, en Surah Al-Mu’minun (23:13-17), se presentan más detalles sobre este tema, y a través de las palabras ثُمَّ اَنۡشَاۡنٰہُ خَلۡقًا اٰخَرَ [‘Luego lo desarrollamos en otra creación.’ (v. 15)], se describe la aparición del alma en el cuerpo. Y en Surah Al-Mu’min, que has mencionado en tu carta, Al-lah el Altísimo, junto con varias pruebas terrenales y celestiales de Su existencia, cita la creación humana como evidencia de Su Ser. Allí, después de mencionar cómo un ser humano se forma del polvo y pasa por las etapas de gota de esperma y coágulo, culminando en el nacimiento como un niño y finalmente alcanzando la vejez, también se afirma que algunas personas alcanzan el límite final de su vida útil, mientras que otras fallecen antes.
Por lo tanto, cada vez que el Sagrado Corán aborda este tema en un contexto diferente, hay un propósito distinto al hacerlo. A veces se explica en detalle, y en otras ocasiones se presenta de manera más sucinta. Sin embargo, dado que una parte del Sagrado Corán también sirve como explicación de otra, no podemos afirmar que algo expresado en el Corán permanezca incompleto. En conjunto, los temas presentados en el Corán se exponen de manera completamente exhaustiva.»
¿Es válido el talaq condicional en el Islam?
Alguien escribió a Hazrat Amirul Momineen, Khalifatul Masih V (aa), diciendo: «Le dije a mi esposa: ‘Si vas a la casa de nuestra hija, estarás divorciada.’ Más tarde, mis hijos me informaron que mi esposa sí fue a la casa de mi hija, aunque ella lo niega, pero estoy convencido de que fue. En tal situación, ¿el divorcio tendría efecto?»
En su carta del 6 de marzo de 2023, Huzoor-e-Anwar (aa) ofreció la siguiente orientación sobre este asunto:
«Según la ley islámica, un divorcio condicional [talaq] sí tiene efecto. Respecto a este asunto, el Mesías Prometido (as) declara:
«‘Si la condición es que si tal cosa sucede, entonces el talaq tiene efecto, y si ese evento ocurre, entonces, de hecho, el talaq realmente tiene efecto.’ (Badr, No. 21, Vol. 2, 12 de junio de 1903, p. 160)
Tú también hiciste que el divorcio de tu esposa fuera condicional a que fuera a la casa de tu hija. Por lo tanto, si se demuestra que tu esposa fue a la casa de tu hija, un talaq entrará en efecto en tu caso.
Sin embargo, dado que este es el primer talaq, si lo deseas, puedes reconciliarte con tu esposa durante el iddah, es decir, el período de espera. No se requiere un nuevo nikah para esta reconciliación.»
¿Pueden las mujeres asistir a oraciones fúnebres en cementerios en el Islam?
El respetado Amir Sahib de Bélgica escribió a Hazrat Amirul Momineen, Khalifatul Masih V (aa), indicando que, en Bélgica, debido al espacio limitado, las oraciones fúnebres generalmente se ofrecen en una sección del cementerio antes del entierro. Preguntó si, en tales circunstancias, las mujeres que están presentes en el área fúnebre del cementerio pueden realizar la oración fúnebre allí, con la condición de que se retiren después de la oración y no participen en el entierro.
En su carta del 6 de marzo de 2023, Huzoor-e-Anwar (aa) proporcionó la siguiente orientación sobre este asunto:
«En circunstancias normales, no se considera preferible que las mujeres acompañen las procesiones fúnebres, aunque tampoco se ha declarado ilícito [haram]. Así, Hazrat Umm Atiyyah (ra) afirma: ‘A nosotras, las mujeres, se nos desaconsejó acompañar las procesiones fúnebres, pero esto no se nos impuso estrictamente.’ (Sahih al-Bukhari, Kitab al-jana’iz, Bab ittiba‘i n-nisa’i l-jana’iz)
Además, si, debido a alguna necesidad, una mujer llegó con la procesión fúnebre y el Santo Profeta (sa) la vio, pasó por alto el asunto. (Sunan Ibn Majah, Kitab al-jana’iz, Bab ma ja’a fi l-buka’i ‘ala l-mayyit)
En la era preislámica, el lamento por los difuntos era una práctica común, y eran principalmente las mujeres quienes participaban en esta práctica. El Islam declaró este lamento prohibido (Sahih al-Bukhari, Kitab al-jana’iz, Bab laysa minna mun shaqqa l-juyub) y, en general, prohibió a las mujeres acompañar al difunto al cementerio, para evitar que alguna de ellas, incapaz de controlar sus emociones, recurriera al lamento durante el entierro.
Los eruditos del pasado y los juristas también consideraron indeseable que las mujeres acompañen un funeral en circunstancias normales.
En la bendita era del Mesías Prometido (as), y posteriormente durante los tiempos de sus Khulafa, la práctica habitual ha sido que, si las mujeres están presentes para el Jumuah u otra salat donde también se ofrece una oración fúnebre, se les permite participar ofreciendo la oración fúnebre, mientras permanecen en su área de oración separada, pero generalmente no se les permite acompañar el funeral en el momento del entierro, ni participar en el entierro mismo.
Por lo tanto, de acuerdo con esta orientación, las mujeres no acompañan las procesiones fúnebres en circunstancias normales. Sin embargo, [ciertas situaciones pueden justificar excepciones, como] casos en los que las personas proceden directamente al cementerio, acompañadas por mujeres que son parientes cercanas y desean ver el rostro del difunto. De manera similar, en los países occidentales, donde los arreglos funerarios y de entierro a menudo involucran a mujeres que asisten a la mezquita, al igual que los hombres, para las oraciones, y no es factible que los hombres las dejen en casa antes de proceder con el entierro, o, como has mencionado en tu carta, si la oración fúnebre se organiza en el cementerio mismo y algunas mujeres se ven obligadas a acompañar a los hombres, entonces en tales circunstancias inevitables, si las mujeres forman su propia fila separada detrás de los hombres a cierta distancia para ofrecer la oración fúnebre, no hay objeción en ello. Sin embargo, en esos casos, deben permanecer separadas durante el entierro mismo y no participar en el entierro. Pueden, sin embargo, unirse al du‘a una vez que el entierro haya concluido.»
¿Cuál es la postura de la Yama’at Ahmadía sobre Muhammad ibn Abdul Wahhab?
Alguien del Reino Unido escribió a Hazrat Amirul Momineen, Khalifatul Masih V (aa), preguntando por qué Hazrat Khalifatul Masih IV (rh) se refirió a Muhammad ibn Abdul Wahhab como un «buzurg» (figura reverenciada), traducido por alguien en una publicación oficial de la Yama’at como «Mujaddid» (reformador), mientras que el Mesías Prometido (as) y otros Khulafa no expresaron sentimientos similares sobre él. El individuo también afirmó que, según su perspectiva, esta persona fue una figura que creó discordia entre los musulmanes y promulgó pronunciamientos de incredulidad contra las personas con rapidez.
En su carta del 6 de marzo de 2023, Huzoor-e-Anwar (aa) respondió a esta consulta de la siguiente manera:
«El meollo del asunto radica en la inexactitud de la información que tienes sobre Hazrat Muhammad ibn Abdul Wahhab. Él fue uno de esos siervos elegidos de Al-lah el Altísimo a quienes Él, en Su sabiduría divina, seleccionó en diversas épocas para rejuvenecer la fe islámica y guiar a los musulmanes. Es cierto que sus detractores propagaron numerosas acusaciones infundadas contra él, que no son del todo veraces. De manera similar, también es cierto que, después de su época, algunos de sus seguidores incorporaron el extremismo en las enseñanzas que él difundió, por lo cual Hazrat Muhammad ibn Abdul Wahhab no incurre en culpa, ya que él había implorado sinceramente a sus seguidores que se adhirieran exclusivamente a las enseñanzas del Sagrado Corán y la guía del Santo Profeta (sa).
Además, Hazrat Khalifatul Masih IV (rh) no solo empleó el término ‘buzurg’ [figura reverenciada] para Hazrat Muhammad ibn Abdul Wahhab; más bien, Huzoor (rh) también declaró sobre él: ‘Hazrat Imam Muhammad ibn Abdul Wahhab, que Al-lah derrame Su misericordia sobre él, fue una figura excepcionalmente reverenciada, profundamente devota del Tawhid. La gran mayoría de los musulmanes en Hiyaz lo reconocen como el Mujaddid del siglo XII.’
(Khutbat-e-Tahir, Vol. 4, Sermón del Viernes, 17 de mayo de 1985, p. 461)
Posteriormente, en tu correspondencia, también afirmaste que ni el Mesías Prometido (as) ni ninguno de sus otros Khulafa se refirieron a Imam Muhammad ibn Abdul Wahhab de esta manera. Tu afirmación sobre este asunto también es errónea, ya que Hazrat Musleh-e-Maud (ra) lo elogió enormemente y lo equiparó con Hazrat Shah Waliullah (rh). Por lo tanto, él declara:
»‘En el año 1115 AH, correspondiente a [1703] CE, nació un niño en la ciudad de ‘Uyainah, en Najd, que fue nombrado Muhammad. Al-lah el Altísimo había decretado que, siglos después del declive espiritual en Arabia, este niño despertaría un renacimiento. Era un tiempo en el que el Islam estaba envuelto por las sombras de la idolatría y había una proliferación desenfrenada de rituales e innovaciones. El celo divino se encendió, y en todas las tierras islámicas, los corazones impregnados de piedad isislámica estaban llenos de ansiedad y angustia. Entonces, en Su celo divino, Al-lah envió a varios luminares en diferentes tierras para despertar a los musulmanes. En India, nació Shah Waliullah. En Arabia, Al-lah eligió a Muhammad ibn Abdul Wahhab. Impulsado por un ardiente deseo de conocimiento, partió de su tierra natal en su juventud. Inicialmente, realizó sus estudios en los centros urbanos de Irak, luego viajó a Damasco y Medina para completar su educación. Allí, adquirió conocimiento de los eruditos más destacados de la época antes de regresar a su tierra natal, Najd. En ese momento, la condición religiosa de la gente de Najd era lamentable. La población era profundamente ignorante de los principios religiosos. La idolatría se había extendido tanto que incluso la veneración de piedras había comenzado. Al regresar a su tierra natal, comenzó a propagar la doctrina del Tawhid y dedicó su vida a erradicar las innovaciones y costumbres. Como era de esperar, surgió oposición contra él, pero Al-lah el Altísimo inclinó el corazón de Muhammad ibn Saud, el líder de Diriyah, a aceptar sus enseñanzas. Al abrazar este camino, se esforzó fervientemente por difundirlo, y en poco tiempo, el movimiento de Muhammad ibn Abdul Wahhab se extendió por toda la región.’ (Hajj-e-Baytullah awr Fitnah-e-Hijaz, Anwar-ul-‘Ulum, Vol. 9, pp. 72-73)
Por lo tanto, Hazrat Muhammad ibn Abdul Wahhab fue una figura piadosa y reverenciada de su tiempo, dedicada al Tawhid y elegida por Al-lah el Altísimo para apoyar Su religión. Cualquier acusación falsa difundida por sus oponentes en su contra, o la posterior incorporación de elementos extremistas en sus enseñanzas por parte de sus seguidores, no lo incriminan de ninguna manera.»
¿Tienen las suras del Sagrado Corán diferentes nombres?
Una mujer de Canadá escribió a Hazrat Amirul Momineen, Khalifatul Masih V (aa), mencionando que había visto, en algunas copias del Sagrado Corán, que el nombre de Surah Ad-Dahr aparece como «Surah Al-Insan», y el nombre de Surah Lahab aparece como «Surah Al-Masad». Esto la preocupó mucho, ya que sentía que cambiar incluso una sola marca diacrítica del Sagrado Corán es inadmisible. Por lo tanto, ¿cómo podrían cambiarse los nombres de estas suras?
En su carta del 6 de marzo de 2023, Huzoor-e-Anwar (aa) respondió a esta pregunta de la siguiente manera:
«No hay motivo de preocupación aquí, ya que ciertas suras del Sagrado Corán tienen más de un nombre registrado en los hadices. Por ejemplo, varios nombres están relacionados en los hadices para Surah Al-Fatihah, como Umm-ul-Qur’an, As-Sab‘-ul-Mathani, Al-Qur’an al-‘Azim (1), Fatihat-ul-Kitab (2), y Umm-ul-Kitab, etc. (1. Sahih al-Bukhari, Kitab at-tafsir, Bab qawlihi ‘wa laqad ataynaka sab‘an mina l-mathani wa l-qur’ani l-‘azim’; 2. Sahih Muslim, Kitab salati l-musafirina wa qasriha, Bab fadli l-fatihati wa khawatimi surati l-baqarah; 3. Sunan Abi Dawud, Kitab as-salah, Bab fatihati l-kitab)
En Tafsir-e-Kabir, Hazrat Musleh-e-Maud (ra) también enumeró diversos nombres para Surah Al-Fatihah con referencia a los hadices, entre los cuales están Surat-us-Salah, Surat-ul-Hamd, Umm-ul-Quran, Al-Quran al-‘Azim, As-Sab‘-ul-Mathani, Umm-ul-Kitab, Ash-Shifa, Ar-Ruqyah, y Surat-ul-Kanz. (Tafsir-e-Kabir, UK, 2023, Vol. 1, pp. 3-4)
Además, Hazrat Musleh-e-Maud (ra) estableció un principio fundamental con respecto a los nombres de las suras coránicas, a saber: ‘Los nombres de las suras también fueron dados por el Noble Profeta (sa) y, como se puede inferir de ciertos nombres de Surah Al-Fatihah, estos fueron asignados revelación divina de Al-lah el Altísimo.’ (Ibid., p. 5)
Por lo tanto, así como Surah Al-Fatihah tiene múltiples nombres, también lo tienen algunas otras suras del Sagrado Corán. Por ejemplo, en Tafsir-e-Kabir, Hazrat Musleh-e-Maud (ra) documentó diecinueve nombres para Surah Al-Ikhlas, citando varios comentarios. (Ibid., Vol. 15, pp. 370-373)
Muchos eruditos también sostienen la opinión de que los nombres de estas suras se remontan a la época del Santo Profeta (sa). Así, el renombrado exégeta, ‘Allamah Ibn Jarir At-Tabari, dice: ‘Los nombres que llevan las suras del Sagrado Corán fueron dados por el Mensajero de Al-lah (sa).’ (Tafsir At-Tabari, Muqaddamat, Al-qawl fi ta’wili asma’i l-qur’ani wa suwarihi wa ayatih)
De manera similar, ‘Allamah Jalaluddin As-Suyuti (rh) escribe: ‘Todos los nombres de las suras están respaldados por hadices y relatos históricos [athar], y si no fuera por el riesgo de ser prolijo, los presentaría en detalle.’ Luego continúa, en ese capítulo de su libro, documentando para cada sura un nombre reportado por varios compañeros, enumerando múltiples nombres para algunas suras. Por ejemplo, Surah Al-Isra también se llama Surah Bani Isra’il; Surah At-Taubah se llama Surah Bara’ah; Surah Al-Mu’min se llama Surah Ghafir; y Surah Lahab se llama Surah Tabbat y Surah Al-Masad, etc. (Kitab Al-Itqan fi ‘Ulum al-Qur’an, An-naw‘ as-sabi‘ ‘ashar fi ma‘rifati asma’ihi wa asma’i suwarih, Fasl fi asma’i s-suwar, Vol. 1, p. 186)
En conclusión, los hadices y los comentarios demuestran que ciertas suras coránicas tienen más de un nombre, los cuales están probados que se usaron desde la época del Santo Profeta (sa). Por lo tanto, si alguna copia del Sagrado Corán emplea uno de estos nombres para una sura en particular, no hay nada problemático en ello; ese nombre también es válido y se remonta a la bendita época del Santo Profeta (sa).»
Compilado por Zaheer Ahmad Khan, Jefe del Departamento de Registros, Secretariado Privado, Londres. Traducido por Al Hakam.